dexintoxicar nuestro cuerpo
Uno de los medios más fáciles para ayudar a desintoxicar el cuerpo es una alimentación natural, sana, de fácil asimilación y que no deje residuos.
Recordemos que la naturaleza contiene todo lo necesario e indispensable para mantener los cuerpos sanos, dentro de un ambiente higiénico y equilibrado, por lo que tomaremos algo de ella como las semillas de calabaza, las de girasol, las semillas de linaza, la avena o el salvado de trigo, que son fibras que tienen la función de arrastre, por lo que ayudan a limpiar los intestinos y evitan la proliferación de gérmenes y toxinas si quedan residuos alimenticios.
Otro medio es la ingestión de arcilla, que por su acción adsorbente (particularidad de atraer las moléculas tóxicas que se encuentran en una suspensión), evita la proliferación de gérmenes en los nichos intestinales y la deodorización de la material fecal, y ayuda a mantener limpio el tracto intestinal, además, debido a sus componentes minerales, revitaliza el área donde actúa y desinflama; por último, es un antiparasitario, pero hay que recomendar que la arcilla no se absorbe por el intestino, por lo que hay que tener cuidado en administrarla, principalmente a personas con estreñimiento o pereza intestinal, por su absorción de agua, pues puede fomentar la formación de fecaloides (materia fecal dura y difícil de expulsar).
Las verduras son alimentos importantes que aparte de nutrir, la fibra que poseen arrastra los desechos de la alimentación al mezclarse con ellos; los minerales y oligoelementos que contienen son importantes para el organismo y para el intercambio iónico.
Las frutas, son también importantes, a parte de nutrir tienen la característica (por sus componentes) de ayudar a desechar las toxinas acumuladas en diversos órganos del cuerpo, además de propiciar la diuresis y el aporte energético a las células, y ayudan al intercambio de sustancias nutritivas por las de desecho, haciéndolo más fácil.
En la terapia de desintoxicación con frutas, destacan las uvas, recordemos que son más efectivas aquellas que tienen semillas por contener éstas el germen de la vida, las zanahorias, la piña, las tunas, el mango, la sandía, el durazno, la pera, el tamarindo, etc.
Algo muy sencillo y fácil de realizar para que usted sienta un cambio positivo hasta en su carácter: durante 3 días sólo ingiera una fruta de la estación alimentándose únicamente con ella y agua limpia o purificada.
Va a sentir los efectos generosos de la naturaleza al librarlo de las toxinas.
Sólo bajo vigilancia médica se puede proceder a una desintoxicación más profunda y duradera y principalmente en caso de enfermedad.
Si la naturaleza nos brinda todo su apoyo y amor a través de los alimentos (aire, agua, sol, minerales, vegetales, etc.) me pregunto, ¿por qué a la gente le gusta sufrir al menospreciar su sagrado alimento? Pensemos por un instante: si lo que comemos forma nuestro cuerpo, ¿por qué darle algo que lo enferme o trastorne?
En la vida las cosas son simples, y simple es el procedimiento para desintoxicarse cuando no existe alteración o enfermedad alguna.
Haga usted la prueba, sólo quite de su alimentación todo aquello que ha sido procesado (pan, harinas blancas, azúcar refinada, embutidos, etc.) y aumente el consumo de agua a 3 litros al día , de frutas de la estación y unas buenas ensaladas de verduras con cereales, semillas, algunas leguminosas (lentejas, caldo de frijol, etc.) y una cena ligera por 5 días, después, por 3 días tome sólo frutas en forma de jugo o puede comerlas como tal y agua; en caso de tener frío por el tipo de alimentación y el cambio climático por esta época del año, tome tizana de té limón, te ligero de canela, de hojas de naranjo o de lechuga si está nervioso y verá cómo su cuerpo le dará las gracias pues lo sentirá recuperado y con más vitalidad.
Si desea un poco más de calor y energía, tome miel de abeja o miel de maguey.
Recordemos que la naturaleza contiene todo lo necesario e indispensable para mantener los cuerpos sanos, dentro de un ambiente higiénico y equilibrado, por lo que tomaremos algo de ella como las semillas de calabaza, las de girasol, las semillas de linaza, la avena o el salvado de trigo, que son fibras que tienen la función de arrastre, por lo que ayudan a limpiar los intestinos y evitan la proliferación de gérmenes y toxinas si quedan residuos alimenticios.
Otro medio es la ingestión de arcilla, que por su acción adsorbente (particularidad de atraer las moléculas tóxicas que se encuentran en una suspensión), evita la proliferación de gérmenes en los nichos intestinales y la deodorización de la material fecal, y ayuda a mantener limpio el tracto intestinal, además, debido a sus componentes minerales, revitaliza el área donde actúa y desinflama; por último, es un antiparasitario, pero hay que recomendar que la arcilla no se absorbe por el intestino, por lo que hay que tener cuidado en administrarla, principalmente a personas con estreñimiento o pereza intestinal, por su absorción de agua, pues puede fomentar la formación de fecaloides (materia fecal dura y difícil de expulsar).
Las verduras son alimentos importantes que aparte de nutrir, la fibra que poseen arrastra los desechos de la alimentación al mezclarse con ellos; los minerales y oligoelementos que contienen son importantes para el organismo y para el intercambio iónico.
Las frutas, son también importantes, a parte de nutrir tienen la característica (por sus componentes) de ayudar a desechar las toxinas acumuladas en diversos órganos del cuerpo, además de propiciar la diuresis y el aporte energético a las células, y ayudan al intercambio de sustancias nutritivas por las de desecho, haciéndolo más fácil.
En la terapia de desintoxicación con frutas, destacan las uvas, recordemos que son más efectivas aquellas que tienen semillas por contener éstas el germen de la vida, las zanahorias, la piña, las tunas, el mango, la sandía, el durazno, la pera, el tamarindo, etc.
Algo muy sencillo y fácil de realizar para que usted sienta un cambio positivo hasta en su carácter: durante 3 días sólo ingiera una fruta de la estación alimentándose únicamente con ella y agua limpia o purificada.
Va a sentir los efectos generosos de la naturaleza al librarlo de las toxinas.
Sólo bajo vigilancia médica se puede proceder a una desintoxicación más profunda y duradera y principalmente en caso de enfermedad.
Si la naturaleza nos brinda todo su apoyo y amor a través de los alimentos (aire, agua, sol, minerales, vegetales, etc.) me pregunto, ¿por qué a la gente le gusta sufrir al menospreciar su sagrado alimento? Pensemos por un instante: si lo que comemos forma nuestro cuerpo, ¿por qué darle algo que lo enferme o trastorne?
En la vida las cosas son simples, y simple es el procedimiento para desintoxicarse cuando no existe alteración o enfermedad alguna.
Haga usted la prueba, sólo quite de su alimentación todo aquello que ha sido procesado (pan, harinas blancas, azúcar refinada, embutidos, etc.) y aumente el consumo de agua a 3 litros al día , de frutas de la estación y unas buenas ensaladas de verduras con cereales, semillas, algunas leguminosas (lentejas, caldo de frijol, etc.) y una cena ligera por 5 días, después, por 3 días tome sólo frutas en forma de jugo o puede comerlas como tal y agua; en caso de tener frío por el tipo de alimentación y el cambio climático por esta época del año, tome tizana de té limón, te ligero de canela, de hojas de naranjo o de lechuga si está nervioso y verá cómo su cuerpo le dará las gracias pues lo sentirá recuperado y con más vitalidad.
Si desea un poco más de calor y energía, tome miel de abeja o miel de maguey.
No hay que olvidar la ingestión de líquidos, principalmente el agua para ayudarnos a realizar el arrastre de toxinas y poder eliminarlas por la orina, la respiración y el sudor o en casos especiales por las mucosas.
Podemos usar plantas medicinales, principalmente las que llamamos depurativas, entre ellas el diente de león o achicoria, la zarzaparrilla, el guayacán, la bardana, el nogal, los berros, la verónica, la ortiga, etc.
Podemos usar plantas medicinales, principalmente las que llamamos depurativas, entre ellas el diente de león o achicoria, la zarzaparrilla, el guayacán, la bardana, el nogal, los berros, la verónica, la ortiga, etc.
Dentro de las hortalizas, en México contamos con una gran variedad y más ahora que se introduce el cultivo orgánico, que nos ayuda a tener la seguridad de no tomar o ingerir a través de éstas sustancias tóxicas o parásitos al ser regados con aguas negras.
Dentro de este grupo de alimentos contamos con el jitomate o tomate rojo, las berenjenas, las zanahorias, la remolacha, los nabos, el ajo y la cebolla, las coles, en fin, el secreto para ayudarnos con estas hortalizas está en la forma en que se preparen, todas son excelentes y en ocasiones las podemos mezclar con algunas frutas.
El poder oxidante, los minerales que contienen y en algunas, la acción diurética, establecen un buen recambio entre nutrición, depuración y desintoxicación.
Dentro de este grupo de alimentos contamos con el jitomate o tomate rojo, las berenjenas, las zanahorias, la remolacha, los nabos, el ajo y la cebolla, las coles, en fin, el secreto para ayudarnos con estas hortalizas está en la forma en que se preparen, todas son excelentes y en ocasiones las podemos mezclar con algunas frutas.
El poder oxidante, los minerales que contienen y en algunas, la acción diurética, establecen un buen recambio entre nutrición, depuración y desintoxicación.
Otros métodos son el ayuno, las monodietas, los colónicos, etc.
Pero esto queda para ser administrado por personal preparado; recordemos algo muy importante es: el deseo que se despierte en ustedes de mantener sano su cuerpo, aplicando la voluntad para realizarlo.
El desintoxicarlo no sólo significa hacerlo hoy para volver mañana a comer o ingerir alimentos que debido a un gusto distorsionado propicien un estado tóxico y quebrantemos con ello la armonía recuperada en forma de salud.
Hay que tener en cuenta que la salud debe ser perdurable y no buscarla en la enfermedad, ni anhelarla en la degeneración del cuerpo, no despilfarrarla pensando que la juventud es fuerte y resistente y que no pasará nada, recordemos que todo tiene su tiempo o momento y cuando el organismo reclama es porque el problema es grave, pues nunca quisimos escucharle.
Pero esto queda para ser administrado por personal preparado; recordemos algo muy importante es: el deseo que se despierte en ustedes de mantener sano su cuerpo, aplicando la voluntad para realizarlo.
El desintoxicarlo no sólo significa hacerlo hoy para volver mañana a comer o ingerir alimentos que debido a un gusto distorsionado propicien un estado tóxico y quebrantemos con ello la armonía recuperada en forma de salud.
Hay que tener en cuenta que la salud debe ser perdurable y no buscarla en la enfermedad, ni anhelarla en la degeneración del cuerpo, no despilfarrarla pensando que la juventud es fuerte y resistente y que no pasará nada, recordemos que todo tiene su tiempo o momento y cuando el organismo reclama es porque el problema es grave, pues nunca quisimos escucharle.
spa casero
Arranca con un baño relajante.
Pon en la bañera un poco de agua caliente, la temperatura perfecta es de 38 grados, con sal, algas -acércate al herbolario más cercano que encuentres, es fácil que las tengan- y unas gotas de lavanda. Si quieres puedes agregar unos pétalos de rosa para perfumar y calmar la piel. Permanece alrededor de 30 minutos, eso sí, cierra la puerta para que en el baño se concentre el calor, cierra los ojos e intenta dejar la mente en blanco.
Cuando vuelvas otra vez a la realidad, lo que toca es eliminar las células muertas. Puedes optar por comprarte un exfoliante en la perfumería de turno o, si eres fan de lo natural y adoras los remedios caseros, utiliza agua con azúcar o sal. Fricciona suavemente pero con energía toda tu piel, empieza por los pies y evita las zonas sensibles del cuello y busto. Hazlo con movimientos circulares y alargados alternativamente.
Cuando ya tengas la piel lisa y tersa, activa la circulación con una ducha de contrastes. Aunque por el nombre te parezca algo muy complejo, no lo es: simplemente consiste en ducharse con agua tibia, caliente y fría, alternativamente.
Una vez concluido el proceso acuático, ya sólo te queda la parte de la hidratación. Con mucha suavidad y masajeando cada zona, aplícate una crema que hidrate y nutra tu piel. Tómate tu tiempo y deja que el producto actúe antes de vestirte de nuevo.
Si después quieres reponer fuerzas, nada mejor que un paseo al sol para llenarte de energía.
Pon en la bañera un poco de agua caliente, la temperatura perfecta es de 38 grados, con sal, algas -acércate al herbolario más cercano que encuentres, es fácil que las tengan- y unas gotas de lavanda. Si quieres puedes agregar unos pétalos de rosa para perfumar y calmar la piel. Permanece alrededor de 30 minutos, eso sí, cierra la puerta para que en el baño se concentre el calor, cierra los ojos e intenta dejar la mente en blanco.
Cuando vuelvas otra vez a la realidad, lo que toca es eliminar las células muertas. Puedes optar por comprarte un exfoliante en la perfumería de turno o, si eres fan de lo natural y adoras los remedios caseros, utiliza agua con azúcar o sal. Fricciona suavemente pero con energía toda tu piel, empieza por los pies y evita las zonas sensibles del cuello y busto. Hazlo con movimientos circulares y alargados alternativamente.
Cuando ya tengas la piel lisa y tersa, activa la circulación con una ducha de contrastes. Aunque por el nombre te parezca algo muy complejo, no lo es: simplemente consiste en ducharse con agua tibia, caliente y fría, alternativamente.
Una vez concluido el proceso acuático, ya sólo te queda la parte de la hidratación. Con mucha suavidad y masajeando cada zona, aplícate una crema que hidrate y nutra tu piel. Tómate tu tiempo y deja que el producto actúe antes de vestirte de nuevo.
Si después quieres reponer fuerzas, nada mejor que un paseo al sol para llenarte de energía.